domingo, 29 de septiembre de 2013

Comentario a Corona de fuego. Rodolfo Usigli.

Corona de fuego.  Rodolfo Usigli.
“…nada de gracia poética por sobre la gracia trágica.  Ésa fue la intención generadora.”  (Usigli, 1960)
Esta obra dramática basada en la estructura de la tragedia griega da cuenta de uno de los episodios que consolidaron la conquista de México.  Su autor ha clasificado de antemano la pieza como anti-histórica, y no puede ser de otra forma desde el momento en que él es dramaturgo, no historiador.  No obstante, ello no impide que sus personajes y los acontecimientos sean históricos y conciernan en términos generales a la historiografía.  Pero ese  rasgo anti-histórico le permite introducir en forma ingeniosa la gestación de la Historia verdadera de la conquista de la Nueva España, de Bernal Díaz del Castillo.
Georg Lukács en La novela histórica acude a la estética de Hegel para marcar la característica esencial de la creación de la gran épica y el drama, que consiste en el vínculo entre la acción particular y la acción viva correspondiente al entorno histórico social.  Y es uno de los cometidos perfectamente cumplidos en el drama de Usigli.  Las acciones de Doña Marina como intérprete y madre de la nueva raza americana muestran la conexión entre su circunstancia personal de esclava regalada que le motiva a tomar las acciones ampliamente difundidas por la historia y condensadas en los diálogos de Corona de fuego y que tienen un impacto determinante en la conquista.  Por su parte Cuauhtémoc, el último emperador azteca, también es plasmado por el autor focalizando su situación de cautivo derrotado, debatiéndose entre dudas en torno al cumplimiento de los augurios de la desaparición del Imperio Azteca y el advenimiento de estos extranjeros a los que paulatinamente van dejando de ver como dioses.  Situación que es aprovechada por Cortés el conquistador, que atribuye su empresa a su obediencia a su Dios y a su monarca.
Otra cuestión hegeliana, subrayada por Lukács y atendida por Usigli es el manejo de un pequeño grupo de personas y de acontecimientos para despertar la experiencia de totalidad.  Una gran parte de la conquista española se encuentra resumida en los cantos de ambos coros, y es completada por los diálogos de los personajes en escena.  Además de los principales ya referidos, Pax Bolón representa en esta obra no tanto la traición sino la ingenuidad de algunos de los caciques de los reinos americanos que percibían en los españoles la posibilidad de una alianza conveniente, no exenta de concesiones sobre todo materiales, pero que era hasta cierto punto la suplantación del sojuzgamiento azteca por el español simplemente.  Lo más difícil fue la sustitución religiosa, pero su cosmogonía politeísta tal vez abonó a esta tarea. 
Corona de fuego, es parte de una trilogía de Usigli, que se ocupa de momentos en los que la concentración histórico-social de las contradicciones de la vida da paso a colisiones intensas y transformaciones de las sociedades, como lo señalaron Marx y Engels.  Sin embargo ellos advirtieron que se trata de fenómenos complejos cuya forma concreta de la colisión no es inmediata.  Se van conjugando diferentes antecedentes y circunstancias e incluso eventos imprevistos, que conducen a que los individuos históricos, en el sentido hegeliano, actúen en tal forma que desencadenen o consoliden acontecimientos.  La cuenta a pagar por esas decisiones, aunque a veces es de impacto general como la matanza de Cholula o la caída de Tenochtitlán y en total por todos los grupos indígenas de la América conquistada, se concentra para efectos dramáticos en el héroe trágico, porque dice Usigli fiel a Aristóteles: “la tragedia es individual” (1961).  En el caso de la obra que nos ocupa es a todas luces Cuauhtémoc el héroe trágico.  En él se resumen la resignación y la indignación, pero su camino rumbo a la caída trágica lo hace en forma enérgica, envuelto en un supremo heroísmo que lo eleva por encima del valor humano.
Obra escrita en 1960 y editada por primera vez en 1963, año en que fue asesinado el presidente estadounidense John F. Kennedy, mientras que en España se censuraba al cine, prohibiéndole que tratara de entender o justificar el mal y la inmoralidad; que faltara el respeto a la religión o que se atacara a la Iglesia y al Estado.  Se continuaba actuando como hace siglos en “defensa” de la religión católica y del nuevo “monarca”, reprimiendo la libertad de expresión, que por lo menos ya era un avance pues el precio ya no era la sangre como lo fue en la Conquista en el siglo XVI y en algunos períodos del régimen franquista.  En México era el año de la puesta en escena de La guerra de las gordas, de Salvador Novo, que tocó el tema prehispánico.

1 comentario:

  1. No estoy seguro si es solo a Bernal Díaz del Castillo a quien está siguiendo Usigli. De hecho, esa misma posición anti-histórica supone la revisión y conciencia de todos los textos e interpretaciones posibles. Excelente el uso de la teoría y de la teoría que, a su vez, leyó Lukács.

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