Tezozomoc, o el usurpador. Luis Carlos Moncada.
Este texto dramático retrata las disputas del poder de los pueblos prehispánicos que habitaron el Valle de México, a través de la lente shakesperiana, recurriendo a la imaginación para ordenar y exponer la trama. Así como en las monarquías europeas los matrimonios se realizaban para sellar alianzas e incrementar el poder, los señores de Azcapotzalco, Texcoco y Tlaxcala hicieron lo propio. Sólo que a veces el destino es adverso y las cosas no resultan conforme a lo planeado y sobrevinieron las guerras instigadas por el rencor y la ambición.
Esta obra se basa en hechos reales, pero tan remotos, que su autor que no se ostenta como historiador sino como dramaturgo y además actor, recurre a la ficción para representar los pensamientos y emociones de los personajes, como apunta Barbara Dancygier[1]. Tal es el caso de los soliloquios de Maxtla, hijo ilegítimo de Tezozomoc que anhela secretamente el poder que está en manos de su padre y que heredará el hijo legítimo Tayatzín, al que Maxtla no considera merecedor.
Los elementos como vestuario, accesorios, decorado e iluminación a decir de Dancygier, forman parte del espacio escénico, relativamente independiente del espacio del texto pero que añade dimensión al discurso del teatro. Así se observa en la obra de Moncada, con el uso del bastón de mando que esgrime Tezozomoc como usurpador y que le es disputado, pues ejerce un efecto del hechizo del poder. Hay también el uso de instrumentos como el teponaztli que es una especie de tambor para anunciar la llegada de los Calpullec, o los tambores que denuncian el fragor de la batalla y el sonido del caracol lejano que respalda las palabras de Zihuacnahuacatzin de que se aproximan los guerreros de Azcapotzalco. Esto, y las entradas y salidas del escenario de los distintos personajes y sus tropas contribuyen a poblar el espacio mental del espectador y así tener una visión de lo que está sucediendo en una región más allá de su espacio visual.
Dentro del esquema del espacio mental que se maneja en el teatro según Dancygier, está el concepto de arriba y abajo, y en la representación de Tezozomoc se observa en la escena donde Matlalcihuatzin, madre de Nezahualcóyotl, al enterarse del armisticio entre Tlaxcala y Azcapotzalco, se sienta en el suelo a esperar a sus enemigos; a través de la posición de su cuerpo emite una señal de digna derrota pues dice “esperaré en mi trono”.
Al igual que Macbeth, Tezozomoc es víctima del sentimiento de culpa, sufre de sueños que le pronostican su caída y apariciones de caballeros águila que le auguran la muerte, por lo que firma un acuerdo de paz con el señor de Tláloc. Estos hechos se tienen que construir cuidadosamente en escena pues son fundamentales para la comprensión de lo que está pasando en la mente de los personajes, dice Dancygier.
Persiste la guerra con Chalco en la que no se vislumbra un ganador, pero hay sucesos extraños como una lluvia de lodo (metonimia) que no permite que le lleguen refuerzos, además Nezahualcóyotl no ha muerto y probablemente se prepare para recuperar su reino, finalmente Chalco se retira, Tezozomoc agoniza y muere dejando como heredero a su hijo Tayatzín. La obra concluye con otro soliloquio de Maxtla en el cual se adivina una posible traición cuando la suerte esté de su lado.
En el contexto político de la puesta en escena, situado en el año 2005, México se encuentra en vísperas de una elección presidencial y las fuerzas que luchan por el poder sostienen una encarnizada batalla en la cual pareciera no haber ganador. Las representaciones de esta lucha se observan en los ámbitos televisivos, periodísticos, eventos públicos, debates y acusaciones que desembocarían un año más tarde en una muy dudosa victoria y un perdedor que como Maxtla se ve obligado a aceptar el poder del contrincante, más no acepta de ninguna manera la derrota y se prepara para una futura contienda.
De nuevo, lo del "hechizo del poder" debería ser el título de tu post. Ya hay que ponerles un título diferente más allá del "comentario". Excelente la vinculación del texto teórico y tus palabras que incorporan el espacio mental del de allí enfrente, quienes reciben toda la carga emocional que sucede en la tablas. La prestidigitación social de la obra no hace más que sorprenderme.
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